viernes, 29 de junio de 2012

Un ángel contemporáneo


Artaud decía: "creemos en el poder absoluto de la contradicción". En alguna ocasión, he escrito que todos los genios han muerto. Hoy me contradigo en esta opinión, pues hace ya algunos años, descubrí a un genio en vida, sobre el que leído algunas proezas y que tenía olvidado en un rinconcito de mi mente, y que hoy merece de nuevo nuestra atención. Hablo del doctor D. Pedro Cavadas, cirujano plástico español, que ha alcanzado fama internacional debido a sus éxitos en trasplantes de extremidades en humanos, y por llevar a cabo en 2009 el primer trasplante de cara en España.
Recientemente, el doctor Pedro Cavadas ha reimplantado dos pies a un niño de diez años. Si reflexionamos unos minutos sobre esta proeza tan asombrosa y, a la vez, espectacular, quizás seamos capaces de conducir al máximo las posibilidades de vivir todos con ilusión, sin que se nos caiga el mundo a los pies por simples trivialidades cotidianas.
De todas las noticias que se dan por prensa y TV, ésta es de las pocas que no debemos dejar pasar. Por ello, escribo este último post, hasta el mes de septiembre en que me volveré a reencontrar con todos vosotros. 
Espero que en estos meses estivales la humanidad implore por el bien común, que la sensación de felicidad predomine para el conjunto de todos nosotros, que nuestra bondad que viene programada de fábrica en nuestros genes sea nuestro mejor atributo de amor y solidaridad de unos con otros.
El doctor Pedro Cavadas destaca por su singular personalidad. No es de los médicos que gustan llevar bata blanca ni ir trajeados. Su atuendo bohemio y hippie (a veces con un toque militar) es su pequeña marca de distinción. Algunos lo critican por parecer poco serio y "un poco extravagante" (dicho entre comillas) y por no llevar esas horrorosas corbatas que tanto gustan de usar sus colegas de profesión. Ya sabemos que en todas partes se cuecen detractores y admiradores. En ciertos aspectos, me recuerda al famoso y televisivo Dr. House (personas que hablan alto y claro). Un personaje de fuerte atractivo mediático, que no sólo vive para el dinero y para el poder del dinero, sino que dentro de lo sencillo (o complejo de su trabajo) encuentra la felicidad y la satisfacción personal que producen las cosas bien hechas, las cosas que se realizan por y con vocación, las cosas hechas con pasión y mucha preparación y estudio.
Por eso Epicuro dijo: "la felicidad y la bienaventuranza no son proporcionales a la riqueza, la elevada posición social o al poder, sino a la ausencia de dolor, a los buenos sentimientos y a un estado mental que establezca los límites de acuerdo con la naturaleza". Y Thoreau añadió: "Un hombre es rico en la proporción de las cosas de la que es capaz de prescindir".
El Doctor Cavadas es una persona altruista, de gran corazón y nobleza, que realiza una labor humanitaria admirable. Un ejemplo difícil de imitar. Admiro su trabajo y la serenidad que transmite en todo lo que dice.
Las críticas que se hacen del Dr. Cavadas simplemente surgen de la más pura envidia. No es Dios, pero hace milagros. Yo creo que es un profeta en su tierra, un genio en vida, alguien sobresaliente y con un gran talento (don) profesional ampliamente demostrado.

Final: "No suelen ser nuestras ideas las que nos hacen optimistas o pesimistas, sino que es nuestro talante optimista o pesimista el que hace nuestras ideas".- Miguel de Unamuno.
"Bienaventurados aquellos que pueden elegir sus propios derroteros".- David G. Meyer.
"El médico cura, la naturaleza hace bien".- Aristóteles.

jueves, 28 de junio de 2012

Competitividad y espiritualidad

Después de ver el partido de ayer, no me resisto a la tentación de publicar un post más. ¿Seremos de nuevo los campeones? La Selección Española de fútbol nos ha dado otro alegrón. Ganen o no ganen la final de la Eurocopa, han demostrado ser un equipo de unión y no uno del montón.
En una competición, lo importante es dar lo mejor de uno mismo. En general no es posible controlar cómo lo harán los demás, pero sí la propia manera de actuar. Por ello, la preparación, la concentración y la relajación desempeñan un importante papel a la hora de sacar lo mejor de uno mismo. Una buena organización es fundamental si a ello le sumamos unas lecciones de filosofía personal sobre la competición sana. Laozi nos da un sabio consejo: "al competir con los demás, en realidad uno no está compitiendo con ellos, sino que tiene la oportunidad de competir consigo mismo". ¿Es posible hacerlo el próximo domingo, día de la gran final, mejor que ayer? ¿De cuánta capacidad dispone un ser humano para hacer su trabajo lo mejor que puede exprimiendo el propio potencial al máximo? Tanto si gana como si pierde, cada uno debe tratar a sus "oponentes" con respeto y gratitud. Mostrarse humilde en la victoria y cortés en la derrota, ayuda a mejorar las propias capacidades, permite ejercitar las más importantes cualidades humanas, con humildad y amabilidad. Ambas son mucho más útiles en la vida que un millón de trofeos en las estanterías.
En la vida, como en el deporte, la competitividad da paso a la cooperación para, posteriormente, posibilitar más competitividad y cooperación en una cadena de eslabones unidos difíciles de separar.
Una buena actitud para la vida está en aprender la forma de competir de forma eficaz sin destruir a los demás (de cooperar de forma eficaz con los otros). En ambos casos, cada quien, debe descubrir y desarrollar sus mejores cualidades. Es necesario experimentar ambas acciones para revelar las capacidades personales y actuar con el máximo rendimiento. Pero, para ello, es conveniente instruirse a través de una filosofía de la competición que nos permita ser tanto buenos perdedores como ganadores. Así mismo, es vital, una filosofía de la cooperación que nos ayude a esforzarnos para obtener objetivos comunes más ambiciosos que los objetivos personales. Cada individuo está destinado a ganar unas competiciones y perder otras. Lo relevante desde el punto de vista filosófico no es si uno gana o pierde, sino cómo se comporta cuando gana o pierde.
En un anterior post, dije que no me gustan las sociedades competitivas, pero hemos de admitir que en todas partes hallamos competitividad y cooperación como atributos normales de la existencia. Ambas fuerzas de acción conforman el comportamiento humano social. Todas las tareas en las que se desempeña el ser humano, desde que nace hasta que muere, poseen aspectos e implicaciones de competición y cooperación.
La esperanza es una fuerza que nos impulsa a vivir y nos ayuda a mantenernos seguros y confiados. Todos los seres humanos necesitamos sentir esperanza. Todos necesitamos sentir ilusión y todos requerimos promesas de alivio, de descanso y de curación, principalmente ahora, en la era actual, de las altas tecnologías, en la era de los virus y pandemias, en la era de las guerras absurdas y retrógradas hasta el infinito. Unas veces estas opciones de ayuda, amor y esperanza provienen de nuestros seres queridos, otras de compasivos expertos en el tratamiento del dolor que nos aqueja, otras de profetas que dicen estar en línea directa con un dios y a los que la muchedumbre sigue con una especie de fanatismo que solo ellos entienden. 
A veces, la esperanza procede de la esfera espiritual, pero de una espiritualidad muy distinta a la que pregonan las diversas religiones del mundo, Hablo de una espiritualidad no convencional, una espiritualidad meditativa, reflexiva, intelectual, que conecta con nuestro mundo interior propio. La esperanza, para mi, se asienta en esa espiritualidad íntimamente ligada a la belleza observada a través de una obra de arte, de una obra humanitaria, de una obra altruista.
Sin duda, hay una espiritualidad que se conecta con el arte, con la humanidad, con el altruismo y que nos ayuda y alivia en nuestros sufrimientos y vacíos más profundos. El arte, la ayuda humanitaria, y la meditación sanan. El arte vivido con pasión es la felicidad misma en mayúsculas. A través de la pintura, o de cualquier otra forma de arte o actividad humanitaria y altruista, te olvidas de todo tipo de problemas, para vivir dentro de en un mundo plenamente dichoso, de una abrumadora felicidad.
La inseguridad y la fragilidad humanas son constantes en las etapas vitales que atravesamos en nuestro día a día. El arte y cualquier actividad de tipo humanitario, te aporta buenas dosis de esa seguridad perdida, te da fortaleza para seguir adelante y, en mi caso, no encuentro mejor bálsamo para el alma.
"La solución es fijarnos metas que den significado a nuestra existencia, esto es, dedicarnos desinteresadamente a personas, grupos o causas. Sumergirnos en el trabajo deportivo, social, político, intelectual o artístico, y anhelar trabajos que nos impidan cerrarnos en nosotros mismos. Apreciar a los demás a través del amor, de la amistad, de la compasión; y vivir una vida de entrega y de proyectos con fines solidarios, de forma que podamos mantenernos activos en un camino con significado, incluso cuando las ilusiones hayan desaparecido".- Simone de Beauvoir.

Cuando nuestra cultura va en contra de nuestra propia naturaleza se produce un enorme malestar. Muchos filósofos han reconocido este problema y han intentado resolverlo retirándose a pequeñas comunas en entornos naturales. Los sabios ermitaños hindúes que se retiraban a los bosques de la India para meditar, los epicúreos griegos, los trascendentalistas de Nueva Inglaterra y los muchos hippies de los años sesenta descubrieron una gran paz, amor y cooperación viviendo en pequeños grupos rurales. 
Así también nuestra selección se fútbol (algunas comparaciones son odiosas), se concentra en su hotel, en forma de pequeño grupo social cooperativo, buscando la simplicidad en el juego que le lleve a ganar, cultivando los aspectos más elevados de la vida, como la amistad y el compañerismo, buscando un objetivo común: ser los campeones haciendo un sueño realidad.

Nota: La personalidad es el conjunto de rasgos psicológicos que componen y distinguen nuestro carácter o manera de ser. La manifestamos en nuestra manera habitual de sentir y de pensar, en nuestros gustos y preferencias, en nuestras aversiones y antipatías. También la revelamos en nuestras defensas psicológicas, aspiraciones, actitudes y comportamientos.
El desarrollo de la personalidad es posible gracias  a la gran plasticidad o capacidad para transformarse que tiene el cerebro humano, que a fin de cuentas es donde se cuecen nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestra forma de ver la vida.
"La mente más sabia siempre tiene algo que aprender".- Jorge Santayana.

Fuentes literales o que me han servido de inspiración: Pregúntale a Platón, de Lou Marinoff y Nuestra incierta vida normal, de Luis Rojas Marcos. Dos libros que leí hace más de diez años buscando una respuesta al vacío de las sociedades actuales y en los que encontré algunas ideas interesantes. 


martes, 26 de junio de 2012

La conducta y el propósito de la vida

Debemos ver las crisis, no como un peligro que nos amenaza, sino como una oportunidad para mejorar. Las personas que superan graves situaciones no se limitan a volver al nivel previo de normalidad, sino que experimentan cambios positivos. "Todas las crisis tienen dos elementos: peligro y oportunidad. Con independencia de la peligrosidad de la situación, en el corazón de cada crisis se esconde una gran oportunidad. "Abundantes beneficios esperan a quienes descubren el secreto de encontrar la oportunidad en la crisis". ANTIGUO PROVERBIO CHINO.
No debemos olvidar lo que decía san Juan de la Cruz: "buscad leyendo, y hallaréis meditando". Estas son las dos palancas de la cultura humana: el libro que nos abre a nuevas ideas; y la meditación de lo que leemos de la que poder sacar jugo y descubrir una nueva verdad.
¿Para qué quebrarnos tanto la cabeza buscando originalidad cuando ya está todo escrito y publicado? En 1693, en una iglesia católica de la ciudad norteamericana de Baltimore, se podía leer el siguiente manifiesto, que todos deberíamos meditar serenamente:

Sigue tu camino entre el ruido y las prisas,
pero no olvides que el silencio es paz.
Mientras puedas y sin bajar la cabeza,
sé amigo de todos.
Di tu verdad,
despacio para que todos la entiendan.
Escucha a los demás;
aunque te parezcan pesados o pocos inteligentes,
también tienen ellos algo que decir.
No te compares con los demás,
pues podrías resultar envanecido o amargado,
porque los otros siempre pueden ser mejores o peores que tú.
Alégrate de tus éxitos,
y no pierdas el sueño por tus fracasos.
Ama tu trabajo, por sencillo que sea;
es la riqueza concreta de un mundo de vaguedades.
Mira bien lo que haces, pues el mundo es engañoso,
pero no olvides que son muchas las buenas personas
que luchan por un ideal,
y que los héroes son más de los que piensas.
Sé sincero
y no finjas la amistad.
No trates el amor con cinismo,
puesto que, a pesar de los posibles desengaños,
el amor siempre renace como la hierba en el campo.
Convéncete de que no serás fuerte en un sólo día;
y no te dejes llevar por las quimeras,
que solo cansan y te arrinconan.
Más allá de cualquier austeridad,
sé bueno contigo mismo.
Tan hijo eres tú como los árboles y las estrellas.
Y aunque no lo creas
el universo avanza sin detenerse.
Ten paz con Dios,
y aunque trabajes en el ruido y la confusión
nunca pierdas la paz.
A pesar de las vilezas,
las dificultades y los sueños partidos
la vida es bella:
no lo olvides,
¡ y serás feliz!

 
Con el calor de este verano tan abrumador y asfixiante, se me están derritiendo las pocas neuronas que creo que me van quedando. No publicaré más hasta el mes de septiembre. Necesito desconectar de las nuevas tecnologías para fundirme con los sonidos de la Madre Naturaleza: el canto de los pájaros, el chirriar de las chicharras, el flotar de las libélulas en el aire, el croar de las ranas, el agua, el sol. 
Es nuestro deber mantener y recuperar la humanidad (o lo que quede de ella) frente a la tecnología. 
La filosofía y la literatura deben ser guías de lo que es valioso en la vida. Es necesario una reforma educativa para cambiar el estado del mundo. Cultivad vuestro espíritu en estos meses estivales. La vida y la conciencia poseen aspectos innegablemente espirituales (es decir, no materiales). Si descuidas, desconoces o niegas los aspectos espirituales de tu ser, no vivirás la vida con toda la plenitud posible. Todos tenemos la obligación de que esto no quede en buenas intenciones solamente.
"Hay un alma en el centro de la naturaleza, y sobre la voluntad de cada hombre (...) colócate en medio de la corriente de poder y sabiduría que anima a todos los que flotan, y serás impulsado sin esfuerzo hacia la verdad, lo correcto y una satisfacción plena". Ralph Waldo Emerson.
"He tratado a muchos pacientes, y no he visto ni uno, mayor de treinta años, cuyo problema, al final, no fuese encontrar una perspectiva espiritual de la vida".- Carl Jung, Entrevista en Time, 14 de febrero de 1955.

Fuentes literales (o de inspiración): ¿Qué nos falta para ser felices? de Enrique Miret Magdalena y Pregúntale a Platón, de Lou Marinoff. Algunos consideran estos libros como libros menores (llamados de autoayuda). Otros lo ven como libros que nos proponen un nuevo paradigma humano, un modo de pensar y vivir diferente y más saludable, para poder ponerlo en práctica en nuestras actividades diarias, para actuar externamente de una manera más solidaria. Me viene una reflexión más antes de acabar: ¿son todos los libros de autoayuda libros basura? Aunque algunos libros no estén entre mis favoritos, de todos podemos sacar algo, una pequeña enseñanza. Lo importante, en cualquier caso, es no perder el hábito de lectura jamás, siempre que nuestras facultades y sentidos nos lo permitan. Paradójicamente, las facultades hay que saber cuidarlas día a día, con disciplina y dedicación, para que así no acaben por deteriorarse con el paso del tiempo y nada mejor que la lectura para mantener hasta los cien años una mente sana, joven, fuerte y vital.

sábado, 23 de junio de 2012

Transformación de la conciencia humana

Yo no exijo a ninguna persona que sea de tal o cual modo. ¿Cómo poder comunicarnos con mayor claridad? "Yo soy yo, y mi circunstancia", decía con razón Ortega y Gasset. 
Si queréis vivir de forma plena hay que acostumbrar al espíritu a percibir todo lo que hay de positivo en la vida en lugar de concederle tanta importancia a los problemas. No debemos hundirnos en el pesimismo y el catastrofismo. ¿Qué es el bienestar? Levantarse por las mañanas y hacer la vida agradable a los demás y agradable para con nosotros mismos, también. Todos necesitamos nuestros espacios de libertad y desarrollo personal propios.
No soy partidaria de las sociedades competitivas. Hay que fortalecer un nuevo tipo de conciencia, evitando el egoísmo y la competición, iniciando un camino de observación y autoexploración de ciertos pensamientos y sentimientos que operan conjuntamente, procurando establecer vínculos que tengan propósitos nobles y saludables.
A menudo me cuestiono la validez de mis propios pensamientos. Hay que desapegarse de los pensamientos propios para no estar escuchándolos todo el día. Hay que tomar conciencia de que cuando experimentamos la vida directamente e ignoramos los pensamientos que nos llegan a raudales, nos abrimos a una nueva forma de ser. Como decía Eckhart Tolle en El poder de ahora: "El paso más vital en el camino hacia la iluminación es éste: aprende a des-identificarte de tu mente".
Todos hemos usado frases como: "Vamos a pensar en ello", "piensa antes de hablar", "tenemos que pensarlo un poco más"... El acto de pensar está muy valorado en nuestra sociedad. A pesar de ello, la mayoría de nosotros pensamos sin prestar mucha atención al propio proceso de pensamiento. "En todas las épocas hay personas que no piensan como los demás. es decir, que no piensan como los que no piensa".- Marguerite Yourcenar.
¿Qué tipo de democracia estamos viviendo? "La democracia que vivimos ha conseguido (para bien sólo de los que gobiernan, que no para el ciudadano) que todos pensemos igual cual rebaño de ovejas, igual que borregos. Algunos escritores perspicaces, como el popular periodista norteamericano Lippmann, observan que "donde todos piensan igual, nadie piensa mucho", ese es el tipo de democracia que nos quieren imponer a la fuerza.
Los estudios dicen que nos encontramos ante una profunda crisis de valores en nuestro mundo actual, que no sólo afecta a las sociedades desarrolladas como la nuestra, sino que va más allá, afectando a países de todo el mundo, lejanos y cercanos, cultural y socialmente hablando. Tenemos necesidad de nuevos valores, quizá valores antiguos que hoy día están olvidados. Nuestro esfuerzo está en adquirir nuevos valores que nos muevan a hacer lo que ahora nos impiden realizar. Como dijo el filósofo alemán Heiddeger, vamos por "sendas perdidas".
    Los avances científicos técnicos son muchos; y nos envuelven con una avalancha de novedades. Ayer fue la locomotora, y luego el automóvil, el aeroplano, los grandes aviones, el AVE; o el cine, el teléfono, el móvil, la radio, la televisión, el ordenador, el robot, los móviles, tablet, Internet... ¿No estará pasando lo que el filósofo francés Bergson dijo en 1932; que "la humanidad gime aplastada bajo el peso de los progresos que ha hecho"?.
    La nueva física ha traído el descubrimiento de la energía atómica, y con ella poder usar una nueva energía útil: pero también ha traído la nueva posibilidad destructiva de la bomba atómica y sus derivados. Fijémonos ahora, en la revolución más importante de la modernidad, la revolución genética, que pronostica ya resultados que nos resultan como de ciencia ficción. O el auge de las filosofías orientalistas, los esoterismos, las sectas, los fenómenos paranormales o la superstición, que resurgen como ave fénix, sustituyendo a las religiones tradicionales de Occidente, cuyos seguidores disminuyen.
Con el progreso de las sociedades modernas, nos olvidamos de las injusticias que padecen el empobrecido Tercer Mundo; de los males de la contaminación, que acaban por la disminución de la capa de ozono, provocando el llamado "efecto invernadero"; de las plagas que invaden a millones de seres humanos, como el SIDA. Quizás, no muy lejos en el tiempo, nos invadan nuevos virus y pandemias desconocidos por los humanos que nos harán temblar a todos y poner al mundo patas arriba.
     Pero, tal vez, el aldabonazo más duro en estos tiempos, lo ha dado el terrorismo (fanatismo), y las consecuencias de éste usando los medios técnicos descubiertos hasta ahora, que pueden hundir el avance occidental, como hace temer con lo ocurrido con la destrucción, por fanáticos islamistas usando aviones suicidas, de las dos emblemáticas torres del World Trade Center de Nueva York.
    Creen algunos ingenuamente, que la evasión hacia el espíritu y el desprecio de todo lo material, cambiaría la visión de muchas sociedades desarrolladas. La materia, lo material, no es algo malo, a pesar del uso o desuso y olvido que podamos darle de utilidad: compras materiales innecesarias.  El uso de la materia bien llevado nos ha proporcionado hallazgos que bien utilizados tienen miles de aplicaciones valiosas antes inauditas para la ciencia, la medicina y otras disciplinas altamente tecnológicas, que han aportado al progreso unos avances hasta ahora desconocidos, y que bien podría, si lo encaminamos bien, aumentar nuestra felicidad. Debemos buscar entre todos el camino inteligente, en el que sepamos eficazmente cómo proceder. Y hacer así que los grandes hallazgos e inventos que nos brinda la ciencia actual sean verdaderamente útiles para vivir y convivir felizmente. No caigamos en la tentación de sucumbir a ese falso "Mundo Feliz", que describió el escritor Aldous Huxley, el cual vio con claridad que nos envolvía la invasión de la técnica, y mal nos iba a ir si en ella no poníamos remedio a la falta de dirección inteligente y humana.
    ¿Cuál es el camino hacia la felicidad? "Cada uno es artífice de su ventura", dijo Abraham Lincoln: "casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo" "La felicidad _ se ha dicho_ es algo que llevamos dentro, sin darnos cuenta de ello". "La felicidad y la desgracia suelen depender más de lo que somos, que de lo que nos ocurre" “No se trata de añorar lo que no tenemos, sino de disfrutar lo que tenemos a mano, sin dejarlo pasar”. Como afirmaba el crítico Voltaire: "no es nuestra condición la que nos hace felices, sino sólo el temple de nuestra alma lo consigue". Hemos de aprender a apreciar lo sencillo de la vida, tal como afirmaba el perseguido Oscar Wilde, al que todos le volvieron la cara. Aconsejaba: "con la libertad, con las flores, con los libros y la luna, ¿Quién no sería perfectamente feliz?" O como había observado, el gran psicólogo de la vida, Dostoievski: "no comprendo _dijo_ cómo se puede pasar ante un árbol sin sentirse feliz; hablar con otra persona, y no ser feliz al apreciar sus valores; ¡cuántas cosas bellas ocurren a cada paso!; mirad al niño, contemplad sus ojos que os miran y admiran". El pintor estadounidense contemporáneo Pollock aprendió que "la felicidad es una estación de parada, entre lo poco y lo demasiado". Felicidad y libertad van unidas de la mano. El poeta Schiller, se dio cuenta de que "la libertad sólo se alcanza por la belleza". "Lo que salvará al mundo es la belleza", repetía Dostoievski en pleno ambiente de la revolución en Rusia. Hemos de concluir entonces que hasta la ética debe ser una estética; si no, la hacemos inoperante por triste y poco humana. El filósofo Sartre confesaba que "si el hombre se entiende como libre, y sabe utilizar su libertad, su actividad se convierte en un juego"
    Hay que aprender a reír _no tomar la vida tan en serio_ para encontrarse bien con nosotros mismos, en esta era de la ansiedad y la depresión". Charles Chaplin dijo "el humor es el dolor que ríe"... El psicólogo Allport mantiene una gran verdad, comprobada en su experiencia: que "el neurótico que aprende a reírse de sí mismo puede estar en el comienzo de gobernarse a sí mismo, y tal vez de curarse". No nos olvidemos de que todos somos un poco neuróticos, puesto que la vida tan agitada que llevamos descompone nuestra emotividad, y nos llena de preocupaciones y obsesiones innecesarias. Hemos de saber utilizar inteligentemente nuestra realidad, y hacer lo mismo con aquellos que nos rodean, sin pretender un cambio imposible. Cada uno es como es, y hemos de admitirlo. Tenemos que saber usarnos a nosotros mismos sin forzar lo que somos, utilizando nuestras posibilidades sin querer eliminarlas o cambiarlas por otras. Las pasiones propias, nuestras energías psíquicas son buenas, y no tenemos que intentar suprimirlas, sino darles un cauce positivo, orientarlas adecuadamente y aprender a saber ayudándonos de ellas.

Nota:. De modo que me siento feliz por publicar finalmente este post, sacado de la imaginación y genialidad de grandes pensadores, aunque, como ellos, haya necesitado mi tiempo para llegar a ser.

Fuentes textuales o de inspiración: Recupera tu poder, de Faye Mandell, doctora en psicología terapéutica por la Universidad de Boston. ¿Qué nos falta para ser felices?, de Enrique Miret Magdalena; químico, escritor, periodista y profesor de Ética.

miércoles, 20 de junio de 2012

Espacio existencial

 
Ayer leí un blog muy interesante que hacía referencia al escritor José Saramago. Es cierto que, en ocasiones, las personas más sabias son “los analfabetos" (personas de épocas pasadas, dedicadas al trabajo desde jóvenes, que no han tenido oportunidad de estudiar ni tiempo para dedicarse a la lectura). La gente de los pueblos es maravillosa. No necesitan leer libros de psicología o filosofía, porque ellos ya tienen su propia psicología y filosofía innatas sobre la vida. Mentes sanas, sin ningún conflicto por complicaciones intelectuales. Gentes sencillas, respetuosas en su mayoría y en lo posible con el medio ambiente y solidarias con los demás; con los vecinos, con los visitantes... Gente campechana que te acoge con los brazos abiertos. ¡Qué distinto a vivir en una gran ciudad! Aunque parezca mentira, en las ciudades existen muchos más prejuicios sociales que en los pueblos.
Da gusto pasear por los pueblos observando a sus aguerridos habitantes. Las amas de casa salen al mercado a hacer sus compras y a tomar contacto con el vecindario para ver qué se cuece. Los abuelitos y jubilados disfrutan en los bancos de la plaza a la sombra que dan los árboles, o se sientan en las puertas de los casinos o tabernas, disfrutando de la compañía de los unos con los otros, manteniendo conversaciones animadas, como por ejemplo, del clima y de las cosechas de los campos. Los hombres y mujeres en edad de trabajar van a sus pequeñas empresas o pequeños comercios y atienden a sus clientes con especial mimo y trato acogedor. La gente joven y no tan joven estudia en los centros oficiales y se divierten los fines de semana con los amigos en los modernos y restaurados lugares de ocio copiados de ciudad. 
Cada vez está más en boga el turismo rural. ¿Habéis visto el nuevo anuncio de cierta bebida energizante, donde la cigüeña va dejando caer a la gente de ciudad en los pueblos y aldeas pequeñas? Imaginad un día de vuestra vida en una casa rural o de campo perdidos en medio de la naturaleza. No temáis, no necesariamente hay que quedarse completamente aislados de los demás. En los alrededores, ocultas pero a suficiente distancia e independencia unas de otras, se puede ver o encontrar, mientras se camina, otras casitas rurales dispersadas por el monte o la sierra, habitadas por sus dueños o por inquilinos de paso que están de alquiler. En los campos de nuestras provincias y regiones, vemos, cada vez más, numerosas y variadas construcciones nuevas, o restauradas, en las que no falta de nada: jardín, piscina, todo tipo de comodidades, huerto ecológico... Hay dos maneras de entender cómo se vive en una una casa rural. Todo depende de si la vas a ocupar solo durante una temporada para estar de vacaciones y nada más, es decir, no hacer otra cosa en todo el día que tomar el sol, comer barbacoa y pasarlo bien con los amigos; o vivir de sentado en tu casa de campo para trabajar en faenas agrícolas con las consiguientes gratificaciones que ello proporciona. Buscáis ropa cómoda, usada y vieja y camináis hasta la zona sembrada de huerto o cultivo a trabajar la tierra y recolectar sus frutos: calabacines, pimientos, tomates, patatas, aceitunas, uvas, naranjas, almendros... Mimáis vuestro olivar, vuestro viñedo, vuestros frutales, o la plantación que tengáis en vuestra parcela. Al atardecer dais un riego abundante a las plantas y flores del jardín para que sigan dando frutos y brinden belleza al hogar. Si la finca rústica tiene animales, los mantenéis limpios y bien alimentados, recogéis los huevos frescos de las gallinas, sacáis a pastar a las ovejas, dejándolas libres a su antojo por una zona acotada para que no se salgan del terreno. Las ovejas se comen las hierbas de los campos y mantienen el ecosistema de forma natural. A mi siempre me han inculcado (o he aprendido por mi cuenta y riesgo) que no hay trabajos menores a otros, ni trabajos distintos para hombre o mujer o trabajos que te minusvaloren, sino sólo trabajos. Una vez finalizadas las tareas del campo, regresáis a la casa de campo, os metéis en la alberca o piscina, si hace calor, y es tiempo propicio para ello, y si no, os dais una buena ducha y os sentáis en vuestro sillón preferido delante de una buena lumbre, disfrutando de un buen libro, o bien, ocupándote de otros proyectos hasta la hora de la cena. Después de una cena ligera y frugal (nunca hay que llenarse demasiado el estómago con ninguna comida), llega la hora de irse a la cama y descansar.
Antes de ir a dormir, dedicáis unos minutos a la relajación mental, mirando ese cielo del campo repleto de estrellas brillantes. ¿No es mal plan así contado, verdad? Una vida sin complicaciones, sencilla y humilde; en definitiva, una vida de lujo. Muy distinta a la vida de los ricos que con el tiempo se vuelven altivos y que no se dejan ver a no ser en la ópera,  en la proa o popa de su yate o practicando el golf, eso sin contar los coñazos y forzados protocolos y etiquetas que deben cumplir la gente V.I.P., y que hacen de ellos, su marca de distinción.
    Ser inmensamente ricos, ¿para qué? A los que estén sufriendo la crisis que nos azota, les ánimo a que cambien la ciudad por el campo. Uno de los sectores más en auge es la agricultura ecológica, una buena forma de ganar el dinero necesario para llevar una buena vida de forma desahogada, más saludable y sin estrés.
    Por otra parte, si lo que deseáis es descansar en vuestras vacaciones, os dejo unas cuantas ventajas de optar por el campo en relación con la ciudad o la playa: 1.- resulta más económico; 2.- uso de ropa y calzado cómodo; no necesitas arreglarte de forma pomposa.- 3. Lo que mejor sienta y aviva nuestra belleza es el aire puro y un bronceado natural; 4. Si algún día queréis cambiar la rutina y escapar de la casa rural un rato, podéis hacer senderismo o dar un paseo por idílicos entornos naturales cercanos; y 5.- evitáis las masificaciones de las playas en los meses de julio y agosto que son insufribles. La playa hay que disfrutarla durante el resto de los meses del año, nunca en julio o agosto.

Nota: La primavera acaba hoy y da comienzo el verano. No sé vosotros, por mi parte, yo lo tengo claro.

domingo, 17 de junio de 2012

El azar

Reniego de los absurdos compromisos. Un ejemplo: cuando alguien te invita a algún acto y debes contestar confirmando o no la asistencia, es como ponerte entre la espada y la pared. Todos somos libres de aceptar o rechazar lo que nos apetezca sin por ello ser fijos a esa idea de por vida. Todos somos libres de cambiar de parecer sin por ello parecer contradictorios. Todas nuestras decisiones forman parte de nuestro crecimiento personal. Crecemos desde que nacemos hasta que morimos. Es un periodo constante que no hay que detener nunca. 
En mi caso, no puedo ni quiero desprenderme de mi isla de soledad y libertad en la que estoy y que es la que me permite ese constante crecimiento y evolución. En mi isla siento la llegada de la inspiración y de la creatividad.
¡Ojo!, no todos los compromisos son absurdos. Hay compromisos “elegantes" (por decirlo de alguna forma) que conviene mantener y no perder. 
Necesito caminar, estirar las piernas. Siempre que me pongo a caminar es como si saliera al encuentro con una persona con quien se tiene una conexión especial. La cuestión es muy sencilla; en la vida pocas veces se conoce a alguien auténtico y con una personalidad que te cautive.
Durante el paseo, como si de una premonición se tratara, nos encontramos frente a frente de casualidad. Se detuvo en seco cuando aparecí, y yo hice lo mismo. Nos quedamos frente a frente a una palmada de distancia. Hubo un extraño silencio, una breve duda en las miradas que luego, casi al instante, se disipó y con las que salvamos el breve espacio que nos separaba. 
La inseguridad del principio, dio paso a una natural amabilidad y a un saludo afectuoso.
_¡Hola! ¿Qué tal estás? Me alegra verte de nuevo. ¿Te apetece tomar algo?
_Me encantaría.
Nos sentamos en una terraza al aire libre. Tratamos de iniciar una charla intrascendente, de esas que aunque hables, en realidad, no dices nada. Pedimos dos vinos.
_Sabía que volvería a verte antes o después.
_Es muy difícil no coincidir en en lugar como éste donde todo el mundo se conoce. No sé si eres consciente o no, pero te miro y parece como si no nos conociéramos.
_Porque no nos conocemos. En un pasado si que nos conocíamos a la perfección, pero la distancia hace que nos volvamos seres extraños que se ven por primera vez.
_Noto que tu afición por la lectura sigue intacta y que lees bastante de todo (llevaba un libro abrazado a su pecho).
_Sí, cada vez más.
Al oír pronunciar estas palabras, sentí un gran alivio.
_No sé, a veces, me siento culpable por lo que nos pasó.
_No te culpes. Creo que tus intenciones, en el fondo, siempre han sido buenas.
_En cierto sentido, sí. Te agradezco que lo veas así.
_¿Crees que la próxima vez deberíamos vernos en un lugar más íntimo, lejos de las miradas de los demás?.
_No me importa que los demás nos miren. La envidia está en todos lados. Para mí es totalmente indiferente lo que la gente crea o deje de creer. 
_Estoy de acuerdo contigo. Que chismorreen lo que quieran. Es una lástima que no tengan otra forma de matar su aburrimiento.
Después de todo, quién sabe, quién puede decir, de dónde vino todo, y cómo ocurrió lo nuestro...
Dimos un par de sorbos a la copa de vino y seguimos conversando...
(...)
Según dijo uno de los mayores maestros de esto que llaman "una enseñanza de vida o para la vida" el maestro Eckhart: "¿cómo puede vivir nadie sin haber sido instruido en el arte de vivir y de morir?
¿Y qué importa si los demás no nos entienden? Si dicen que somos "raros" o "insociables", que lo digan. Los que les molesta sobre todo es nuestra libertad y nuestra valentía de ser nosotros mismos. A nadie tenemos que rendir cuentas mientras no hagamos daño a terceros. Que juzguen nuestros actos y, a través de ellos, nuestras intenciones verdaderas, pero sepamos que una persona libre sólo debe rendir cuentas a sí misma, a su razón y a su conciencia, así como a las pocas personas que puedan tener justo derecho a ello".

Nota: No puedes conseguir siempre lo que quieres, pero si lo intentas y eres constante, puedes conseguir lo que necesitas. Ya dije en un anterior post que las necesidades son todas un autoengaño, una molestia, pero hay algunas en las que encontramos una conexión única y especial.
Fuente: una parte ínfima de este post está recogida del libro, "Del tener al ser", de Erich Fromm.

jueves, 14 de junio de 2012

Comme d´habitude

Cielo azul, despejado, con algunas golosas nubes blancas flotando dispersas.
¿Seré capaz de hacer un trabajo como éste? ¿Por qué no? Cuando alguien descubra que no soy capaz ya habré dominado la técnica. Aunque la mejor técnica, ya lo sabéis todos, es no tener técnica. Para escribir bien hay que estar dotados de un don especial, como si una luz interior te guiará en los pasos a seguir para saber dónde hay que dar puntadas en el teclado.
El aire que respiramos está contaminado de fracasos, frustración, futilidad... Nuestro mundo se está muriendo poco a poco, lleva años muriéndose. La evolución se ha estancado. Estoy harta de oír hablar del rescate a España y de la agonía de los países de la zona euro. ¡Hay que salvar la moneda común! Necesitamos más de un salvavidas que nos rescate de un posible naufragio. Ya no hay genios (intelectos) que nos devuelvan la esperanza: los genios han muerto. Necesitamos manos fuertes, cerebros superdotados, nuevos talentos dispuestos a entregar el alma y trabajar a destajo sin tener tiempo ni siquiera para respirar.
No sé por qué, pero hoy estoy perdiendo el ánimo positivo con el que me suelo levantar. ¿Cómo diablos va a sentarse una a escribir si no hay ni una buena noticia que nos alegre el día? Sólo nos queda disfrutar con una sencilla y buena comida y esperar a que un milagro se produzca. Lo malo es cuando no tienes hambre y en la boca del estómago se te forma con una bola que te impide ingerir ningún alimento. Como no nos queda más remedio que comer para vivir, siempre nos queda la solución de alimentarnos de cosas suaves y ligeras. El chocolate nunca debe faltar en cualquier tipo de dieta. ¿Qué sería de nuestro día a día sin un trozo de chocolate negro? O un poco de queso con miel. ¡Delicioso! Comer es una necesidad, cierto. Las necesidades son una molestia, cierto también. A no ser que la necesidad sea también una pasión sin la que no puedas vivir. 
Ayer estuve deambulando una hora por las calles de mi ciudad hasta llegar al sitio donde tenía pensado ir. Me metí en una sala en penumbras junto a otros participantes a hacer un curso de relajación mental. Me tumbé en una colchoneta y me dispuse a seguir las instrucciones de las dos guías. De relajación nada de nada, salí más tensa de lo que entré. Una fina tortura autoimpuesta. Una hora de relajación que se me hizo eterna. Me dolía la espalda de estar tumbada en ese tipo de colchonetas que usan para hacer yoga y pilates o para la preparación al parto (nuevas modas). Y el olor de esa sala con tanta gente por allí tirada en el suelo... ¡Qué horror de “meditación transcendental"! Más que calmar tu ansiedad, aquel tipo de ejercicio lo que hace es triplicarla. Los nervios de punta. Ahí os quedáis queridos meditadores de colchonetas. Una y no más.
Me relajo mucho más en una sala de cine interactuando con los personajes de la película, o en una sala de concierto de música clásica o, simplemente, escribiendo un montón de majaderías en mi bloc de notas, con la cabeza ocupada en mil ideas.
Disciplina y nada más. He aquí el truco para conseguir todo lo que te propongas en la vida. ¿La felicidad personal se encuentra a través de la disciplina? ¿Es la inteligencia cuestión de disciplina? Tal vez sí. No hay más felicidad que la disciplina.
Necesito sentirme sola en mi libertad disciplinada. Meditar sobre mi disciplina y libertad. Nadie dirige mi energía. Mi mente siempre está alerta a los cambios. Mis pensamientos se despliegan y se pliegan. ¿Tiene alguna finalidad darle vueltas a todo en la cabeza?

Nota: ¿Cómo saber lo que es esencial en la vida? El cambio está llegando. El cambio viene a pequeños pasos. Ya falta muy poco para ver los resultados de ese cambio. ¿Publicar un libro?
Ver lo falso como falso y lo verdadero como verdadero. Ver también lo falso de la verdad y la verdad de lo falso. 

Fuente textual o de inspiración: A.
A.  Maslow, J. Krishnamurti y H. Miller.