viernes, 30 de septiembre de 2022

Andrómeda

Hoy me desperté con el estruendoso piar de un montón de pájaros alborotados. Quizás León (mi gato) ha abierto la puerta de la cocina que da acceso a un patio trasero donde anidan palomas y otro tipo de aves diferentes y de ahí todo el revuelo montado. En cuanto los pájaros guindan al gato, alzan el vuelo para posarse en los tejados colindantes a suficiente distancia de este pequeño depredador casero que casi nunca trae ninguna presa apresada (siempre sale al exterior bien alimentado). Sigiloso se mueve por los alrededores o baja al jardín de afuera a afilar sus garras contra el tronco de un árbol, llamado paraíso, y así marcar su pequeño territorio.

Hoy mi pensamiento está en otro lugar, cercano pero lejos, un lugar familiar, al que añoro y al que espero regresar algún día pronto. Con mi mente en otro mundo, en este momento, me es imposible escribir nada.

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Aún me da tiempo a dejar algo más por aquí y darle a la flecha. Son las 23:17 queda poco para que acabe otro viernes más de mi vida. El de hoy ha sido un viernes muy... Un viernes casi para olvidar. Para sorprender tienes que desconocer de lo que vas a escribir. Y yo hoy no sé de qué escribir. Mi mente se ha quedado seca, mis ideas hoy deben orbitar por otras galaxias distintas a esta que habitamos, la vía láctea. Quizás las ideas hoy hayan viajado a la velocidad de la luz para darse una vuelta por la galaxia más cercana a la nuestra, Andrómeda, la más bella de todas las galaxias. Tardaría en un vuelo intergaláctico normal, unos dos millones y medio de años en llegar hasta Andrómeda y traer mi particular mundo de las ideas de vuelta. Mucho tiempo. ¿Debo dejar que mis ideas se queden allí para así adoptar otras más terráqueas? No, mejor me subo en mi nave del tiempo y me voy a la búsqueda de mis ilusiones a la brillante Andrómeda. 

Imagen: Wikipedia 

Nota: La nave del tiempo funcionó a la perfección. Me subí y puse rumbo hasta Andrómeda. Después de una breve visita a tan bella galaxia, ya estoy de vuelta. Un viaje rápido, lleno de magia y espectacular. Estoy deseando volver de nuevo. Ahora necesito descansar. Como la tierra de labranza, también yo necesito mi descanso para dar buenas cosechas en abundancia y poder seguir escribiendo a diario aunque solo sean unas cuantas palabras y no más.