lunes, 5 de septiembre de 2022

Lo tóxico y su antídoto

Esta debe ser probablemente una de las palabras más utilizadas en la actualidad. Lo tóxico está de moda. Grupos de música hip-hop, de reggeaton, de otras fusiones raras, todos utilizan lo tóxico como emblema de los tiempos que corren. Letras de canciones, que muchas veces no hay quien las entienda por mucha atención u oídos que les prestes. Es como los códigos que la gente joven emplea en los mensajes de WhatsApp, ¡Indescifrables!, mientras que nosotros, los que pertenecemos a otras generaciones, escribimos cualquier mensajito con puntos, comas, y todos los signos ortográficos existentes en el teclado. Habrá que actualizarse.

En realidad, las personas tóxicas no existen como tal, a no ser que el término de moda se saque de contexto y se utilice de modo distinto al significado que realmente tiene para los expertos. Lo que existen son personas con estrés + ansiedad = toxicidad; y esto, no solo en los más jóvenes. Estrés y ansiedad, también, en personas mayores con patologías propias de su edad a los que se añade otra más; personas mayores que, al mismo tiempo, también las hacen parecer tóxicas los más jóvenes que no comprenden como sus mayores van perdiendo habilidades y reflejos propios de la edad. No, no somos tóxicos, somos enfermos que vivimos en un mundo enfermo y acelerado, y donde todo el gentío, se alborota porque lo quiere todo al instante, sin perder un segundo de tiempo, pues esa pérdida de tiempo, les genera mucha ansiedad que no saben cómo gestionarla adecuadamente. De la ansiedad tampoco se escapan los adolescentes, y más aún en estos tiempos de pandemia-no-terminada, aunque muchos ya desde hace tiempo estén dando saltos de alegría como si la pandemia ya formara parte de un pasado muy muy lejano. Todos, nos sentimos de algún modo, como eternos adolescentes, aunque ya no estemos en condiciones físicas para dar saltos de alegría de forma continuada. Los más, preferimos una vida más tranquila y relajada. En realidad, un episodio de ansiedad y estrés puntual puede padecerlo cualquier persona de cualquier edad, desde los más jóvenes a los más mayores. El ejemplo más claro, lo hemos tenido a la vista recientemente, en los médicos de primera línea de batalla, enfermeros y personal de hospitales y centros de salud que han trabajado bajo una condiciones muy duras y angustiosas, durante muchos meses seguidos, a causa del coronavirus. Muchos han salido muy tocados de la experiencia y han necesitado ayuda profesional que les brinde algo de consuelo y apoyo para olvidar esos días tan traumáticos y duros de los que nadie se quiere acordar y así poder continuar. Pobres de quienes sufran alguna alteración mental de este tipo, como la ansiedad, pues a los ojos de los demás, siempre serán unos incomprendidos.

Para muchos, la ansiedad equivale a magnificar las cosas ("Todo es producto de tu mente ansiosa que lo agranda todo y ve fantasmas donde no los hay") Pero, creedme también, cuando os digo, que en muchas ocasiones, hay una ansiedad real como la vida misma, que te provoca un fuerte malestar y un gran desasosiego y angustia existencial. 

¿Cómo se cura la ansiedad? Con tiempo y paciencia, como todo en esta vida. Los caminos son muy variados. Cada cual elegirá el más adecuado o acertado para calmar “sus pensamientos intrusivos" y hacerlos desaparecer y que no vuelvan. Los orientales no tienen este tipo de problemas con la ansiedad y otras cosas por el estilo. Ellos si saben simplificarlo todo y no complicarse la vida: <<Si las cosas tienen solución, ¿por qué te preocupas? Si no tienen solución, ¿por qué te preocupas?>> Proverbio chino.

La filosofía occidental se centra en la búsqueda de la verdad absoluta (¡Cómo si tal verdad existiera!). La filosofía oriental se centra en la búsqueda de la experiencia mística, en la búsqueda del sentido de la existencia. Nadie mejor que un medio híbrido occidental_oriental para explicar y argumentar sobre estas dos posiciones. Os recomiendo que leáis al escritor, filósofo y editor, Salvador Pániker. Sus ensayos y dietarios a muy pocos dejan indiferente. Vengo leyendo a Pániker desde hace ya 12 o 13 años, y al menos para mí, su literatura, su sabiduría, ha supuesto un antes y un después de tener noción de él. Otro grande de las letras es el catalán Josep Pla con su "Cuaderno gris". Por el contrario, el cuaderno de Pániker es amarillo como el sol. Dos cuadernos que merece la pena leer.

Nota: ¿Interesará todo esto en el extrarradio?

Final: “Lo que en los libros no está, la vida te lo enseñará". Significado: Alude a todas las enseñanzas que se aprenden de la vida misma. Fuente: Centro Virtual Cervantes.