domingo, 20 de mayo de 2012

Nueva lucidez

No quiero ocupar vuestro precioso tiempo de ocio y lectura. No son más que pequeños relatos lo que por aquí dejo. Lo más que podéis llegar es a haceros pequeñas conjeturas sobre su contenido y poco más.
Volvamos al presente, al mundo contemporáneo. ¿Cómo llegar a lo trascendente? No hay orden sin desorden. Algunas veces esto parece un simple idealismo. En otras ocasiones, creo que es un auténtico delirio. Consideremos el tema del aburrimiento como núcleo esencial de la historia de la conciencia humana. No he leído en vano a los grandes expertos modernos en conocimiento: Stendhal, Kierkegaard o Baudelaire. Hoy me es imposible abstraerme y pensar en la condición humana en general. ¿De qué sirve tanta lectura si no puede utilizarse cuando estás en un aprieto? Hay muchas ocasiones en que lo más práctico es desconectar y no leer a nadie. Solo dejarte llevar de tus ideas propias, sin condicionamientos previos.
Ya sé, a veces, parezco un tanto engreída y arrogante, pero nada más lejos de mí que el desprecio hacia nada. ¡Qué la bendición de la libertad creativa os acompañe siempre!. 

Fuente: El legado de Humboldt; de Saul Bellow.

Nota: "Inesperadamente, Freud nos devuelve a la raíz. Tras tanta culturalización y tantas historias de la conciencia, el ser humano recupera lo más originario: su propia condición de animal. (...) Freud comienza por recuperar para nosotros nuestro pasado animal. A continuación descubre que somos animales enfermos por la cultura y la coerción social. Del hombre como "conciencia" se pasa a la conciencia como enfermedad. Jacques Lacan explica que el descubrimiento de Freud no es la sexualidad sino el hecho de que esta sea tan intelectual, es decir, que venga siempre tan simbolizada. Lo que ocurre es que más allá del lenguaje está el caos, el origen. o como quiera llamarse a lo que no puede llamarse." (...)
Fuente: Aproximación al origen, de Salvador Pániker.