miércoles, 9 de mayo de 2012

Humanidad Plena

El tiempo y su finitud. Para escapar del tiempo, sólo hay un medio: no mirar el reloj. Para pasar del reloj, solo hay un truco: el trabajo con pasión. el rodearte de gente con la que conectes al instante, con la que te sientas muy bien.
La vida en el campo, la paz del campo. Allí me voy los fines de semana. No me gustan las ciudades y sus ruidos, las ciudades y su contaminación. La ciudad y su bullicioso estrés. Me considero una mujer de campo, una campesina a la que le gusta ver un cielo sereno y estrellado en una atmósfera limpia y oxigenada, sin poluciones medioambientales. No es que no haya visto mundo. He visto más mundo del que os podéis imaginar. He viajado a través del tiempo, de todas las épocas, países y ciudades. Esto no me ha hecho ser más moderna ni menos anticuada. Cada uno es como es. No ando unida a ninguna unidad de tiempo ni me interesa la idea. no ir con los tiempos modernos, saber ajustarte a otras épocas pasadas o adelantarte a tu tiempo y tener una mente visionaria. Todo puede ser.

Nota: ¡Nunca llueve a gusto de todos! ¡Así matamos el tiempo! Soltando unas cuantas boberías con las que algunos están de acuerdo y otros no. ¡Qué nunca nos falte una buena taza de café!