martes, 22 de mayo de 2012

Tiempo compartido

Un sueño tranquilo es una buena cosa. Y un buen desayuno a base de una tostada con aceite y un café recién hecho es algo delicioso. Aunque ahora cada vez está más de moda la comida fit, una nueva tendencia para los que hacen deporte y les gusta cuidarse por dentro y por fuera. Sea lo que sea que desayunes, una buena comida es solo una forma como otra cualquiera de empezar un nuevo día.
Como de costumbre, no se me ocurre nada que decir. No debemos perder la costumbre de intercambiar impresiones una vez más. Si me comparo con vosotros, siempre saldré perdiendo. Soy indigna de cualquier halago, ya que escribo cosas que no me corresponden a título de autor, salvo algunas salvedades que si son de mi propia cosecha. 
Hoy recomiendo como lectura un libro de Lucía Etxebarría, "Yo no sufro por amor". Una autora que tuvo su boom, y que después, no sabemos por qué se ha perdido un poco (o soy yo la que le ha perdido el hilo de ella) y ya no sabemos (ni yo sé) mucho más. Un libro lleno de curiosidades y, en principio, bien planteado. Hay muchas maneras diferentes de transmitir el conocimiento. No soy habitual de los libros de esta clase, pero ciertamente hay algunos, contados con los dedos de una mano, que merecen nuestra atención, para bien o para mal, y este es el caso de éste del que os hablo, que no sé si en realidad se puede considerar un libro de autoayuda o una cosa inclasificable. Como reza la carátula, apelando al psicoanálisis, a la psicología, a la filosofía, a la sociología, a la literatura, a la revolución postfeminista, al relato autobiográfico y al sentido del humor, la autora ha emprendido un recorrido personal y literario por las penas del amor, y lo ha convertido en un libro para hombres y mujeres, para gais, lesbianas, y heteros, para jóvenes y no tan jóvenes... Debo aclarar, que al contrario que la autora, yo sí sufro por amor. No hay nada más bonito que sufrir por amor.
Como ejercicio práctico, sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor. Claro que las apariencias engañan. Ninguno de nosotros somos lo que parecemos, cada cual lleva consigo un misterio o su misterio que no quiere revelar. Lo verdaderamente importante es saber por qué algunas personas actúan de una manera y no de otra, enfrentándose a sus miedos o escondiéndolos sin saber porqué. La clave está en saberse poner en el lugar del otro, esa es una de las misiones esenciales de cualquier escritor.
¿Se puede amar y tener libertad al mismo tiempo? Mientras no se cree un vínculo de dependencia asfixiante, y siempre que se den compatibilidad de caracteres entre dos, en este caso, sí que es posible que nazca un vínculo afectivo y exitoso.
Por supuesto, que todos tenemos derecho al amor. Pero yo no nací para llevar una vida de pareja al uso. De todas formas, soy de la opinión que una relación en libertad es la única relación que funciona. Pero lo que sirve para el presente, quizá no sirva para el futuro.
Me gusta tener libertad para encontrarme conmigo misma en mi soledad o con la compañía de quien respete esa soledad a mi lado. Diseñar nuestro propio bienestar y no dejarlo en manos ajenas.

Nota: La vida no es tan sencilla.  La vida puede cambiar en un día, en cuestión de segundos o minutos, y tenemos que volver a aprender, tenemos que aprender a reaprender una y otra vez.